Reseña publicada en Mentenebre el 25 de febrero de 2013. Idioma: castellano
Pocas cosas recuerdo de mis clases de Latín en bachillerato, y eso que fue una de las asignaturas en las que destacaba, aunque yo era lo que se podía decir entonces “un chico de ciencias”. No sabía que el futuro me iba a deparar mis estudios en Historia del Arte y que aquel Latín podría haberme ayudado, y mucho. Bien es verdad que algo he ido refrescando en todo este tiempo desde que llevo haciendo crítica musical de grupos de corte Neoclásico como es el caso que nos ocupa.
Aura Noctis – “Vitae Proelium”. “Vitae Proelium” se podría traducir algo así como “la batalla de la vida”, esa lucha continua a la que nos enfrentamos todos quizá sobre todo desde el momento que despertamos a la madurez. De alguna manera, el pasar nuestro particular rito de iniciación, sea cual fuere, nos enfrenta a una vida por la que hemos de luchar. Y quizá es esto lo que nos propone Aura Noctis en este trabajo.
Aparentemente, su música, que podemos encuadrar dentro de la escena Neoclásica, podría parecer dulce ante una primera escucha, por sus tempos, por su armonía, por esas voces celestiales, pero nada más allá de la realidad. Sus temas están cargados de dramatismo, de dolor, de nostalgia, aunque siempre queda un hueco para la esperanza. Aparece, de este modo, un goticismo que se traduce tanto en letras como en las composiciones a la manera del réquiem.
Hay algunas referencias que bien conocemos los seguidores de estas corrientes misicales, como lo es el otoño, tema que protagoniza uno de los temas más bellos del CD: ‘El Cantar de las Hojas’, profundo y desgarrador, con el piano cadencioso de Olga, una flauta profunda y llena de dolor contenido a cargo de Rubén, que acompañan a las profundas voces de Pilar. Los mundos oscuros, donde danzan las almas que despiertan del sueño eterno, quizá en los reinos del diablo, como reza la canción ‘Dances of the Soul’ se muestra como una de las canciones más ricas del álbum en cuanto a composición y ejecución.
Seguimos la senda de la tiniebla hacia ‘Frater Mortis’, la “hermana Muerte”, donde el apartado vocal, compartido por Olga, Pilar y Rubén, compone una coral oscura, medievalista y profundamente gótica, en una suerte de revisión de un réquiem. La más oscura del disco. Un tema que me llena de inquietud es ‘Un lugar’, cantado en castellano, una especie de oda a los desheredados, a las ánimas que viven la tragedia de no haber conseguido en vida los tesoros que ésta nos ofrece: la última oportunidad, el último perdón o el último “te quiero”. Está cargada de dolor y sentimiento. Profunda.
Aura Noctis – “Vitae Proelium”Mención especial merecen las canciones instrumentales como ‘Inner Chaos’, ‘Verna’ o ‘Quimera’. Las primeras son mis favoritas, con una composición brillante que de la quietud nos traslada a la vibración, a la elevación, pero que vira hacia el dramatismo final, de nuevo cadencioso. La terceraa no sabemos si invoca a ese animal mitológico de tres cabezas que echaban llamas o quizá a ese anhelo utópico, ese creer que un sueño se puede hacer realidad. Quizá las dos acepciones valgan para esta pieza protagonizada únicamente por el piano de Olga. Setrata también de una pieza magistral.
Cierro este periplo volviendo al comienzo. Me he reservado el comentario de ‘Vitae Proelium’ para el final. Es un tema soberbio donde todas las habilidades de los componentes de Aura Noctis alcanzan el climax: Pilar, Olga y Rubén entonan los cánticos de bravura, las percusiones de Fernando nos conducen al fragor de la batalla, donde los únicos elementos de esperanza los aportan el oboe de Carmen y la flauta de Rubén. Es la lucha de la que hablábamos al principio, la vida como camino en el que no enfrentamos a diario con nosotros mismos. Es muy fiel representante del conjunto de un álbum magnífico del que sin duda los amantes del género vais a disfrutar.
Hay que señalar a un personaje importante en este álbum, se trata de Frederic Chaplain del sello Prikosnovenie, que se ha encargado de la producción. Sin duda su mano magistral hace que sea magnífico el sonido del disco.
Como última referencia, la portada del disco, que reconocí nada mas verla, se trata de “Esperanza” de Watts, pintor británico a caballo entre la Academia y el Prerrafaelismo. Un cuadro que pudimos ver hace poco en Madrid en la exposición que sobre William Blake organizó Caixa Forum. En este lienzo una joven con los ojos vendados toca el arpa. La música como único consuelo a los ojos que no pueden ver, un anhelo que nunca sabemos si llegará y cuyo dolor solo se apacigua con las notas del arpa.
Quizá lo que Aura Noctis nos propone sea eso: una maravillosa música que cure nuestra alma que tiene la esperanza de un anhelo quizá imposible de cumplir. Cerrad los ojos y disfrutad.
Trabajo Comentado por: Pedro Ortega {MN}