Nuevas Músicas: Itineris I reseña

Reseña publicada el 24 de marzo de 2014, sobre Itineris I, en musicforambients.blogspot.com.
Idioma: castellano.


Proyecto de neoclásico/darwave de lo mejorcito que podemos encontrar en el panorama actual en este pais, lo acabo de descubrir recientemente y la verdad es que me ha sorprendido la calidad de sus composiciones y arreglos. Vienen de Madrid y la fundadora del grupo se llama Olga B. (piano, voces, composición, arreglos) y a ella se une Pilar Molina (violonchelo, voces).

Si eres fan de los catalanes Narsilion, Arcana (tienes varios discos en este blog), Qntal, Dark Sanctuary, Artesia… te va a gustar este trabajo.

En este álbum colaboran Zeulagh (percusión, flautas) y Blanca (voces y asesoramiento con el latín). Once temas donde encontraremos desde bandas sonoras imaginarias, solos de piano que nos ponen melancólicos y hasta temas vocales que despiertan nuestra fantasía. Las melodías que se consiguen fusionando piano, cuerdas y voces angelicales están muy logradas y nos transportan a bosques encantados.

El disco ha sido editado entre el sello nacional dedicado a este tipo de sonidos oscuros, GH Records y el sello argentino Twilight Records. Os pongo un par de temas que son de los que más me gustan.

En el 2012 se unen al dúo Fernando (percusión) y Carmen (oboe, flautas), y publican un nuevo disco Vitae Proelium que a mi modesto entender es todavía mejor que éste. Comprobadlo vosotros mismos.

Mentenebre: Vitae Proelium Reseña

Reseña publicada en Mentenebre el 25 de febrero de 2013. Idioma: castellano


Pocas cosas recuerdo de mis clases de Latín en bachillerato, y eso que fue una de las asignaturas en las que destacaba, aunque yo era lo que se podía decir entonces “un chico de ciencias”. No sabía que el futuro me iba a deparar mis estudios en Historia del Arte y que aquel Latín podría haberme ayudado, y mucho. Bien es verdad que algo he ido refrescando en todo este tiempo desde que llevo haciendo crítica musical de grupos de corte Neoclásico como es el caso que nos ocupa.

Aura Noctis – “Vitae Proelium”. “Vitae Proelium” se podría traducir algo así como “la batalla de la vida”, esa lucha continua a la que nos enfrentamos todos quizá sobre todo desde el momento que despertamos a la madurez. De alguna manera, el pasar nuestro particular rito de iniciación, sea cual fuere, nos enfrenta a una vida por la que hemos de luchar. Y quizá es esto lo que nos propone Aura Noctis en este trabajo.

Aparentemente, su música, que podemos encuadrar dentro de la escena Neoclásica, podría parecer dulce ante una primera escucha, por sus tempos, por su armonía, por esas voces celestiales, pero nada más allá de la realidad. Sus temas están cargados de dramatismo, de dolor, de nostalgia, aunque siempre queda un hueco para la esperanza. Aparece, de este modo, un goticismo que se traduce tanto en letras como en las composiciones a la manera del réquiem.

Hay algunas referencias que bien conocemos los seguidores de estas corrientes misicales, como lo es el otoño, tema que protagoniza uno de los temas más bellos del CD: ‘El Cantar de las Hojas’, profundo y desgarrador, con el piano cadencioso de Olga, una flauta profunda y llena de dolor contenido a cargo de Rubén, que acompañan a las profundas voces de Pilar. Los mundos oscuros, donde danzan las almas que despiertan del sueño eterno, quizá en los reinos del diablo, como reza la canción ‘Dances of the Soul’ se muestra como una de las canciones más ricas del álbum en cuanto a composición y ejecución.

Seguimos la senda de la tiniebla hacia ‘Frater Mortis’, la “hermana Muerte”, donde el apartado vocal, compartido por Olga, Pilar y Rubén, compone una coral oscura, medievalista y profundamente gótica, en una suerte de revisión de un réquiem. La más oscura del disco. Un tema que me llena de inquietud es ‘Un lugar’, cantado en castellano, una especie de oda a los desheredados, a las ánimas que viven la tragedia de no haber conseguido en vida los tesoros que ésta nos ofrece: la última oportunidad, el último perdón o el último “te quiero”. Está cargada de dolor y sentimiento. Profunda.

Aura Noctis – “Vitae Proelium”Mención especial merecen las canciones instrumentales como ‘Inner Chaos’, ‘Verna’ o ‘Quimera’. Las primeras son mis favoritas, con una composición brillante que de la quietud nos traslada a la vibración, a la elevación, pero que vira hacia el dramatismo final, de nuevo cadencioso. La terceraa no sabemos si invoca a ese animal mitológico de tres cabezas que echaban llamas o quizá a ese anhelo utópico, ese creer que un sueño se puede hacer realidad. Quizá las dos acepciones valgan para esta pieza protagonizada únicamente por el piano de Olga. Setrata también de una pieza magistral.

Cierro este periplo volviendo al comienzo. Me he reservado el comentario de ‘Vitae Proelium’ para el final. Es un tema soberbio donde todas las habilidades de los componentes de Aura Noctis alcanzan el climax: Pilar, Olga y Rubén entonan los cánticos de bravura, las percusiones de Fernando nos conducen al fragor de la batalla, donde los únicos elementos de esperanza los aportan el oboe de Carmen y la flauta de Rubén. Es la lucha de la que hablábamos al principio, la vida como camino en el que no enfrentamos a diario con nosotros mismos. Es muy fiel representante del conjunto de un álbum magnífico del que sin duda los amantes del género vais a disfrutar.

Hay que señalar a un personaje importante en este álbum, se trata de Frederic Chaplain del sello Prikosnovenie, que se ha encargado de la producción. Sin duda su mano magistral hace que sea magnífico el sonido del disco.

Como última referencia, la portada del disco, que reconocí nada mas verla, se trata de “Esperanza” de Watts, pintor británico a caballo entre la Academia y el Prerrafaelismo. Un cuadro que pudimos ver hace poco en Madrid en la exposición que sobre William Blake organizó Caixa Forum. En este lienzo una joven con los ojos vendados toca el arpa. La música como único consuelo a los ojos que no pueden ver, un anhelo que nunca sabemos si llegará y cuyo dolor solo se apacigua con las notas del arpa.

Quizá lo que Aura Noctis nos propone sea eso: una maravillosa música que cure nuestra alma que tiene la esperanza de un anhelo quizá imposible de cumplir. Cerrad los ojos y disfrutad.

Trabajo Comentado por: Pedro Ortega {MN}

La letra capital: Vitae Proelium Reseña

Reseña publicada el 27 de diciembre de 2012, en La letra capital, sobre Vitae Proelium. Idioma: castellano.


Tras el indiscutible aldabonazo que supuso Itineris I en la escasa escena patria (sí, pese a que un alto porcentaje –tal y como está el patio- se muevan en las mismas aguas que los del aura nocturna, la cantidad y calidad de grupos oscuros en España sigue a años luz de la de otros países), el lanzamiento de Vitae Proelium tenía pinta de caramelo envenenado. Ya sabes, aquello del segundo disco (que se supone el más difícil); aquello de la dificultad de la segunda sorpresa; aquello de la imposibilidad de causar una segunda buena primera impresión… un largo etcétera de lo que los cursis llaman hándicaps. Por fortuna, el abajo firmante no participaba de ninguna de las sospechas. Sabía de las cualidades del ahora (más o menos, Pilar Molina y Olga B. García están bien acompañadas) quinteto. Sabía de la adición de un oboe –la participación de Carmen R. Revuelta es muy destacable- en algunas canciones, sabía del aumento de las percusiones (las manos de largos dedos de Fernando O. Paíno) que sin duda otorgarían mayor riqueza en las texturas, sabía de la capacidad compositiva, del buen gusto… insisto en que no había lugar a sospechas.

Aún así, cuando escucho por vez primera un disco (más si conozco a los autores, más si las expectativas son altas) no puedo evitar los nervios. Y éste no iba a ser excepción. Con la entrada de vientos en el Windtro que abre el CD (gran título) los nervios se van soltando. Ya ese tema instrumental apunta lo que luego será un hecho: que la aportación del oboe y el mayor número de sonidos de flauta (Rubén G. gana peso respecto de los discos anteriores) enriquecen melódicamente lo que ya era rico en sí mismo. Y a partir de ahí, todo es ya hacia arriba, algún toque darkfolero menor por allí (esa percusión en Amissi, los arreglos en Frater Mortis…), algún cello especialmente sublime, el impresionante piano (bastante clásico) de Lautir, las voces tan bellas –un acierto la colaboración de Blanca García en Omnia In Anima Manent-, las flautas tomando protagonismo (Verna o Arevaci –recuperada para la ocasión del del Kaelia de Zevlagh, ha ganado con la recuperación enjundia y peso, aunque la composición ya era más que buena- son muestras de ello). Es difícil para mí quedarme con una canción u otra, es complicado porque no sabría qué hacer, cuál escoger. Me gustan (mucho) las citadas, pero también me gustan (también mucho) las demás. No hay desperdicio, no hay ningún tema que (de ninguna manera) sobre. El trío final (Un Lugar, Quimera y Omnia In Anima Manent) no lo permite “rematando” un segundo disco que supera con creces (y era francamente complicado) lo anterior. Poco importa que te acerques al grupo desde el gusto neoclásico, desde el folk o simplemente desde el gusto puro por la música bien hecha. Da lo mismo, porque estoy seguro de que el estilo es lo de menos. Decía al principio que Itineris I había sido un aldabonazo, Vitae Proelium tira la puerta y demuestra que si decimos que Aura Noctis es –ya, ahora, a día de hoy- una de las más sólidas realidades del género (trascendiendo además cualquiera de los comúnmente citados al referirse a ellos), no podemos estar equivocados. Puedes comprarlo (y ratificar lo leído) en Rara Avis o a través del propio grupo (http://auranoctis.bigcartel.com/).

Por AVATAR a las 19:36 28/12/12

En el Aire Itineris I reseña

Reseña publicada en En el Aire el 22 de noviembre de 2011. Idioma: castellano.


Para presentar este trabajo, mejor que mis palabras, es poner un escrito de Antonio Lucas, el cual refleja todo lo que quiero decir.

“Quisiera como tú arriesgar el viaje. No ser ni luz ni sombra: sólo límite. Dejar una penumbra por todo patrimonio y hacer brotar mi sangre, sentarla entre nosotros, oír cómo se apaga su cauce diminuto, el líquido aderezo que me impulsa, la lenta munición de mi existencia. Oigo un rumor de cosas que pasan por la calle, el miedo es la moldura que las une. Y si miráis más al fondo de mi vida, si acercáis el oído al acorde del frío, será la locura quien hable.

Pacificamente he borrado mis huellas, he apoyado en la noche mi cuerpo impreciso, mi fe humeante. Acerco mi pecho al vacío. Es el aire un tarot de pájaros ciegos que escupe este canto futuro. Sólo quiero apurar mi edad, mi tierna maldición sin años y que la obscena clave de mi nombre suene por el triángulo del cielo, por el aula de las nubes que nadie ha conquistado, por todo lo que fue abatido y yo defiendo brindando a la salud de los siglos sucesivos, puntual en la violencia intermitente del invierno.

Porque mi generación no existe nada hay más terrible que un clamor de multitudes. Escribir es no aceptar lo irremediable, buscar sin equilibrio, amar sólo del tiempo el oscuro sobresalto de su rumbo. Del olvido extraje un esqueleto afín al mío, un hermoso mástil. Bastará el día en que muera con escribirme el epitafio en la niebla de un espejo.”

Los mundos contrarios.

Antonio Lucas.

Para Pilar, Olga y Rubén